miércoles, 12 de marzo de 2014

Ese ser llamado "Super mamá"

¡Buenos noches reinas!

Tenía pensado dedicar lo que queda de noche a ver un capítulo de alguna nueva serie de esas que tengo pendientes desde hace meses pero que aún no he encontrado en momento. Pero llevo varios días pensando que hace algún tiempo hice un video en el que comentaba que iba a tener más activo el canal y no lo estoy haciendo. Más que nada por pereza.

Ver la página en blanco a veces me da cierto respeto y, cuando consigo una buena introducción, el resto del post me sale solo... 

Esta tarde me acordé de dos chicas a las que sigo en instagram y que están en estado de buena esperanza... Eso me hizo sentir morriña de cuando yo lo estuve y vi algunas fotos.

Encontré una carpeta donde había fotos hechas por mi padre y comencé a borrar las que no me interesaban, estaban desenfocadas etc. Y, de repente, apareció esta foto...

28 de Julio de 2012

En esta foto Oliver tenía 9 días y yo me sentía una súper heroína. ¿Por qué? Porqué había podido derribar (casi) todos los obstáculos que me habían ido apareciendo a lo largo de los últimos 12 meses.  Después de varios meses sin dormir, 36 horas de dolores horribles, una cesárea al límite y una mini recuperación... Allí estaba yo, orgullosa de tener a mi bebe en los brazos. 

Siempre tuve claro que quería ser madre. Al principio era "tan egoísta" que sólo me quise a mí (también porque tenía 18 años y en ese momento pensaba en otras cosas). Más adelante porque aún era pronto para tenerlo. Y después, nunca encontrábamos el momento entre unas cosas y otras. Realmente, ¿existe el momento idóneo? Pasado casi 20 meses de esa imagen os digo que no, que nunca es el momento. Ni se tiene la estabilidad amorosa ni el suficiente dinero ni el coche grande ni la casa preparada ni las condiciones laborales soñadas.

Pero el amor de una madre por su hijo está por encima de todo eso... Siempre había oído que te das cuenta de lo importante que son tus padres cuando tienes hijos, pero yo ya sabía lo importantes que eran mis padres antes de tener a mi pequeño. Mis padres son un pilar fundamental en mi vida y no sabéis lo feliz que estoy cada vez que los veo con el gordi. "Le echamos de menos cuando no viene", "este niño nos da vida", "se le quiere solo"... Son frases que me suele decir mi madre habitualmente y que me gusta oír. 

Y ahora me encuentro en el siguiente momento: con un gordito de casi 20 meses que no para, todo lo coge, sigue comiendo regular (esta cuestión viene desde el principio de los tiempo y es lo que llevo peor) y es un dormilón. Ha tardado bastante en andar (18 meses y medio) y estaba tan agotada de escuchar la maldita frase "y todavía no anda?", que cuando ando se me caían lágrimas como puños (de felicidad). También cuento con un trabajo a turnos pero con días libres entre semana (que eso me da la vida)... Y estoy muy cansada. Pero cuando tienes un peque adquieres, desde el momento 0, el título de "Súper mamá" y, a partir de ese momento, sabes que ya no habrá ratos para ti cuando quieras, ni podrás parar ni estando mala porque habrá un pequeño que te necesitará y ya has dejado de ser (tu nombre, en mi caso SARA). Ahora soy LA MADRE DE OLIVER.

Y me encanta ese "título".

Amo a mi hijo

SARA

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